lunes, 20 de julio de 2009

Clienta estrella de Julio

Así es, apenas hemos comenzado el blog y ya tenemos premios a los clientes estrella.

Lógicamente no se trata de una recompensa a aquellos que mas gastan ni que mas helados consumen, sino de los que mas chorradas nos dejan al final del día.

En este caso, si bien no desmerece la larga trayectoria de muchos otros personajes que ya han alcanzado el rango de veterano y que en posteriores entradas trataremos, nos encontramos con: la señorita treintañera brasileira (no penséis mal, de brasileña solo tiene el idioma) que siempre tiene problemas con el Interné.

Tener problemas con el Interné no es una rareza en nuestro ciber, y no se debe a ningún complejo error técnico, sino a que simplemente los clientes son incapaces de clickear en el icono de Mozilla Firefox.
Seria aun más complejo si en el mismo escritorio tuviésemos una docena de exploradores, y que solo funcionase Mozilla. Pero se trata del único explorador que existe en los ordenadores, e imprimimos carteles indicando su uso obligatorio para navegar.

Sin embargo, nuestra clienta estrella va aun mas allá. La mayoría de problemas relacionados con Internet se solucionan bajando (los ordenadores se sitúan en el piso de abajo, a través de unas escaleras de submarino), dando un click y mirando con cara de satisfacción/owneo al cliente.
Pero este personaje no esta contenta con ser ridiculizada al ver como su trágico error se soluciona clickeando, tiene que meter el dedo en la llaga e insistir en sus intentos.

El primer día que tuvimos el honor de tratar con dicho ente, la conversación siguió los derroteros habituales:
-No va interné
-Use Mozilla

Pero esta personita quería ganarse la gloria, e insistió plantada en mitad de la escalera (la cual es apenas lo suficiente ancha para dos personas) y negando con la cabeza y gesticulando.

Tal trágico suceso requirió de mi atención, y al bajar me encontré con la pagina principal de Yahoo abierta. Como entre los balbuceos ininteligibles de la clienta, me pareció entender "email", supuse que quizás quería mirar su email de Yahoo, tras esperar pacientemente a que escribiese su contraseña, todo pareció feliz y solucionado en nuestra corta relación. Por lo que la deje ahí.

Pero eso no fue el final, ni mucho menos.
A los diez minutos sube la señorita las escaleras y con un tono entre de odio y de desesperación nos comunica que el email que había tardado en escribir media hora se había borrado.
La congoja se apoderó de mi corazón, rápidamente pensé que Internet se había caído, que los cables se habían cortado, o que un monstruo sin cabeza estaba devorando a los clientes en el sótano.

Mucho mas cerca de la realidad, Yahoo simplemente había cargado mal y había linkeado a una pagina en blanco, probablemente debido a tener abierta la ventana de Enviar mensaje durante demasiado tiempo.

Pero la historia para la señorita era muy distinta, era una historia donde nosotros le habíamos impedido enviar su importante email, donde el Internet había conspirado para apoderarse de su tiempo y su dinero.

No dudó en reclamar que se le cobrase menos "por el incidente" y creímos que estábamos a salvo cuando salio por la puerta... pero volvió...

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